La historia de una inmigrante chilena en España

En esta oportunidad una mujer chilena, comparte su dura historia como inmigrante en España, para que otras incautas no caigan en la trampa.

Deseos de empezar una nueva vida como inmigrante en España

Mi nombre es Olivia Carrascal, nací en Viña del Mar (Chile), tengo 31 años y soy ingeniera en logística.
En el año 2020 y a través de internet conocí a un hombre de nacionalidad española llamado Joan. Tras un tiempo de intercambios iniciamos una relación, no de tipo sentimental, sino más bien de tipo profesional.

Compartimos durante un tiempo nuestras actividades, él como empresario y sus negocios relacionados con el turismo en Bernidorm (Provincia Valenciana de España) y yo como ingeniera logística de una empresa chilena que había tenido que cancelar sus actividades por causa de la pandemia.

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Un año más tarde y tras la insistencia del español de que mi vida cambiaría en España, decido viajar a ese país para ver la posibilidad de trabajar y vivir legalmente allí.

Una historia detrás de un anhelo de esta inmigrante en España

Llegué al aeropuerto de Madrid y Joan estaba esperándome como lo habíamos acordado, quien aseguró que me apoyaría en todo lo que necesitara.

Estuve la primera semana en Madrid conociendo y disfrutando la ciudad. El lunes siguiente viajé a Bernidorm y me dijo que lo acompañara a una reunión muy importante que tenía con sus socios.

Efectivamente llegamos a una oficina muy elegante y nos estaban esperando varias personas. En dicha reunión trataron el tema de la organización de un evento y enfatizaron en la logística del evento. Uno de los participantes me comentó que Joan les había informado que yo tenía experiencia en logística y que si les podía colaborar.

Acepté, ya que el evento se realizaría unos días antes de finalizada la estancia que yo tenía por turismo. En esta forma tendría la oportunidad de obtener un contrato de trabajo y quedarme en España de manera legal.

Me ofrecieron hospedaje en uno de sus supuestos hoteles, ya que yo me hospedaba en un lugar que contacté por Airbnb desde Chile. Acepté el ofrecimiento con la condición de que yo pagaría todo, ya que contaba con mis propios recursos.

Engaño a una incauta mujer inmigrante en España

Recogí mis pertenencias y una vez instalada en el hotel, dejé mi maleta con todas mis cosas personales y me dijo Joan que más tarde regresábamos para efectuar el respectivo pago.

Fuimos a un restaurante a cenar y allí se encontró con una mujer a quien me presentó. En ese momento recibió una llamada y se levanto a contestarla y me dejó con la mujer.

Pasaron varios minutos y Joan no regresaba. La mujer me dijo que se imaginaba en donde estaba, que la acompañara porque necesitaba hablar con él.

Llegamos a un apartamento y habían unos hombres, quienes me informaron que yo estaba retenida. Mis pertenencias las habían trasladado para ese lugar y que en adelante trabajaría para ellos, porque habían pagado en el hotel para retirar mis cosas la suma de 500 euros y tenía que pagarles con trabajo.

Nunca más volví a tener contacto con Joan y a partir de ese momento pasé la peor pesadilla de mi vida. Me quitaron todos mis documentos, incluido el pasaporte, el celular, el dinero y tarjetas bancarias.

Estuve en ese lugar cerca de tres meses, donde me drogaban y me obligaban cada noche a atender sexualmente a varios hombres.

Audaz fuga que le dio la libertad a esta mujer

Después de pasar por mucho sufrimiento, mi vida se convirtió en un infierno. Pero un día se presentó un incidente con una de las mujeres que estaban en las mismas condiciones que yo y la tuvieron que llevar de urgencias al hospital.

Fingí estar profundamente dormida, tras supuestamente haber bebido demasiado licor y me di cuenta que a la puerta principal no le habían puesto doble seguro. Esperé un tiempo prudencial y sin pensarlo me di a la fuga, corriendo tan desesperadamente que logré llegar a una plazoleta en donde había mucha gente, pero no sabía qué hacer ni a dónde ir.

En el lugar se me acercó una mujer que al verme llorar tan desesperadamente, me preguntó que si me podía ayudar que me veía muy mal.

En medio de mi confusión pude contarle lo que me sucedió. Gracias a Dios esta señora que estaba en compañía de su marido me dijo que tenía que pedir ayuda a la policía. Yo me rehusaba a hacerlo, porque mi estancia legal por turismo se había vencido hacía unas semanas y temía que me deportaran por justa causa.

Sin embargo tras la insistencia de esta pareja, accedí al consejo que me dieron. Inmediatamente contactaron a la policía y llegaron al lugar donde me encontraba y les pude contar mi situación y obtuve la ayuda que necesitaba.

Acogida por parte de organismos de protección a los inmigrantes en España

La Policía junto con Servicios Sociales, trabajan en conjunto para ayudar a quienes caen en este flagelo de trata de personas. Esa noche me resguardaron en un lugar seguro, me dieron comida, ropa y asistencia psicológica.

Yo había caído en manos de una banda que se dedicaba a contactar y secuestrar mujeres incautas como yo, para ser utilizadas en sus sucios negocios y las autoridades tenían indicios de su presencia pero no habían podido desenmascararlos.

Gracias a la intervención de la policía, ese mismo día allanaron el lugar y allí pudieron encontrar mis pertenencias y las de otras mujeres con las que se demostró lo que yo estaba denunciando.

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Cuento mi historia para que sirva de ejemplo a otras mujeres para que tengan cuidado y no se confíen demasiado y no caigan en manos de estas personas inescrupulosas que solamente les interesa lucrarse de sus sucios negocios a costa del dolor ajeno.
Actualmente vivo en Madrid y ésta horrible experiencia me impulsó para trabajar desde una ONG por la lucha de los derechos de los inmigrantes y todas las personas indefensas y en condición de vulnerabilidad.

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