Nueva ley de inmigrantes de Estados Unidos
El panorama político de este país está cambiado mucho y dados los recientes acontecimientos en los cuales inmigrantes ilegales siguen intentando cruzar la frontera a la fuerza, el gobierno particularmente presionado por los partidos de oposición ha empezado a aplicar cierres estrictos para evitar la avalancha de migrantes intentando cruzar.
Como estrategia para frenar el flujo masivo de migrantes procedentes desde México, la administración de Biden anunció una serie de medidas ejecutivas que serán llevadas a cabo en la frontera.
Los afectados directos serán os inmigrantes que intenten cruzar de manera ilegal a territorio estadounidense y aquellos que soliciten asilo.
La orden fue dada al Departamentos de Justicia y de Seguridad Interior el cual deberá cumplir los protocolos establecidos para este tipo de casos.
Como primera medida se busca suspender la entrada de migrantes de manera irregular al país y a su vez restringir el asilo.
Esto será supeditado en cuanto a diario el número de migrantes que intenten cruzar ilegalmente supere los 2.500 en un transcurso de una semana.
Estas tendencias ya se vienen dando desde hace meses y la Casa Blanca había estado analizando posibles nuevas medidas para darle cara a esta problemática que se va acrecentando a un ritmo rápido mientras que la oposición exige prontas soluciones al gobierno de turno.
Así mismo, el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional ha comenzado a trabajar con un expediente con el cual se han comenzado a expulsar con mayor rapidez a aquellos inmigrantes que previamente hayan cruzado ilegalmente la frontera y que no cuenten con una base legal para permanece en los Estados Unidos.
Sin embargo, han anunciado que aquellos que si puedan demostrar que en sus países de origen estén corriendo alguna clase de peligro y presenten razones válidas tendrán la oportunidad de obtener el estatus de asilados.
CANCELARÁN VISAS
Por otra parte, y complementando la estrategia del gobierno estadounidense para frenar el flujo masivo de inmigrantes dentro de su territorio, comenzará un programa de cancelación de visas en ciertos casos que consideren puedan atentar contra la seguridad del país por causa de la migración.
En ese sentido, se trabaja en imponer sanciones de visados a ejecutivos de empresas colombianas de transporte que trabajan llevando gente por mar.
También serán sancionados cerca de 250 trabajadores del gobierno de Nicaragua y ciudadanos civiles de ese país sindicados de apoyar al régimen de Ortega, en el cual han sido dados cientos de visados de tránsito a manera de venta.
Esto como parte del programa que busca combatir el trafico humano desde Centro América y hacia Estados Unidos.
El presidente indicó que las medidas serán transitorias dado el reciente cambio de gobierno y que la orden ejecutiva enviará un tajante y contundente mensaje a los inmigrantes que traten de cruzar ilegalmente al país. Por lo tanto, los indocumentados no podrán solicitar asilo excepto casos como niños que viajan solos, aquellos que hayan sido victimas de redes de trata de blancas o quienes requieran servicio médico urgente.
DEPORTACIÓN ACELERADA
Todos aquellos que sean sorprendidos cruzando la frontera de manera ilegal entrarán en un proceso denominado por el gobierno como “deportación acelerada”.
Esto consiste básicamente en que estas personas serán expulsadas del país rápidamente y sin contemplaciones dada la manera en la cual ingresaron a territorio estadounidense.
Sin embargo, este proceso tiene una arista y es que aquellos que indiquen que tienen temor de regresar a su país no serán deportados.
Esto abre una puerta al debate y es que varios sectores políticos del país han tachado esta ley de absurda pues dicen que solo basta con que la persona diga que teme regresar a su país de origen. Esto se presta a que en gran medida aquellos que cruzan la frontera de manera ilegal y son capturados por la policía fronteriza simplemente digan que tienen temor y así no serán deportados, lo que a la final volvería dicha ley casi obsoleta.
Del mismo modo, el gobierno indicó también que las entrevistas en las cuales los inmigrantes soliciten asilo serán más estrictas y tendrán un nivel mayor de filtro, por lo que en teoría no será nada fácil obtener este estatus.
LATINOS, LOS MAS AFECTADOS POR LAS DEPORTACIONES
En estas fechas en las que se llevan a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos y el enfrentamiento entre dos bandos ideológicos contrarios, la política norteamericana ha tenido un vuelco importante cuando de hablar de inmigración se trata.
Tanto Kamala Harris como Donald Trump han mantenido fuertes posturas respecto a la inmigración masiva de inmigrantes ilegales por la frontera con México, pero a pesar de tener puntos de vista diferentes ambos están de acuerdo con que hay que mantener las deportaciones.
Trump habló recientemente de la ley de enemigos extranjeros, con la cual hizo hincapié en los reportes policiales que dan cuenta de los miles de inmigrantes que han pasado por controles policiales en las principales ciudades de Estados Unidos. Unos de los mas reconocidos son aquella banda criminal conocida como el Tren de Aragua.
Ahora, Trump trae a colación esta denominada ley de extranjeros enemigos la cual fue promulgada por allá en el año 1798 y que años más tarde se utilizó para capturar familias enteras de inmigrante provenientes de países como Italia, Alemania o Japón en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
El republicano insistió en la presencia de criminales de origen venezolano y de cómo esto había descontrolado totalmente la seguridad del país, volviendo caótico tener que vivir allí dada la inseguridad creciente por culpa de esos criminales.
Así mismo, Trump indicó que en Venezuela el crimen se había reducido en un 72% dado que la mayoría de criminales habían salido de ese país para acentuarse en los Estados Unidos.
En ese orden de ideas, Trump indicó que con la ley de enemigos extranjeros apuntará y desmantelará a cada criminal que según el pise suelo norteamericano.
En pocas palabras, Trump prometió en campaña una de las mas grandes deportaciones masivas en la historia reciente del país.
Analistas políticos destacan el uso desmedido de algunas palabras en el discurso de Trump. Una de ellas es “invasión” palabra con la cual el republicano se ha referido en repetidas ocasiones a los inmigrantes y que utilizada en este contexto engrandece aun mas la problemática porque ya no se trataría de un problema de inmigración irregular sino un conflicto de escala mayor.
Cabe recordar que estos términos y leyes similares han nacido durante conflictos como la guerra de independencia y el desalojo de los británicos de territorio americano pues en aquel entonces se hablaba de una “guerra declarada” en la cual los extranjeros eran enemigos y estaban “invadiendo” suelo americano.
Analistas políticos creen que este discurso de Trump es excesivo y que además no tiene nada que ver con la problemática actual de inmigración desbordada. De hecho, no ataca para nada la problemática real la cual es regularizar a quienes realmente quieran quedarse en el país a trabajar honradamente y contribuir con el sistema económico.
El problema de esta iniciativa es que el propósito aparente de Trump es desmantelar, desarticular y deportar de manera masiva a estos criminales que tanto daño le han hecho al país. Sin embargo, esto puede y va a afectar a otros 11 millones de personas que se encuentran en situación irregular y que nada tienen que ver con estas bandas de crimen organizado.
Por otro lado, hay quienes dicen que este discurso y estas medidas son populistas ya que jurídicamente no pueden ser aplicadas en el país al no haber una justificación real para su aplicación.
Para que legalmente pueda ser aplicada esta severa ley en contra de los inmigrantes indocumentados se tendrían que cumplir varios factores. Uno de ellos es que Estados Unidos entre en guerra declarada con un país o gobierno externo y que cuya supuesta invasión represente un peligro para la ciudadanía.
Para que se de ese caso el gobierno tendría que alegar que hay peligro de agentes externos en territorio americano que pretenden desestabilizar la seguridad nacional, por lo que en dado caso deberán ser detenidos y expulsados como enemigos extranjeros.
Pero al parecer actualmente no se cumplen esas condiciones. La inmigración masiva de indocumentados no cabe dentro de esa descripción.
De hecho, según cifras de la Oficina Federal de Prisiones indican que apenas un 10% de los encarcelados de todo el país son de origen extranjero mientras que el resto son de nacionalidad estadounidense.
Para los sectores de oposición estas políticas lejos de ser plausibles y lógicas son discursos populistas y xenófobos, en las cuales se dejan ver las verdaderas intenciones del partido de Trump las cuales son expulsar de manera masiva inmigrantes sin contemplaciones.
Publicar comentario