México se prepara para recibir miles de migrantes

Con el nuevo panorama político de la actual presidenta de México Claudia Sheinbaum, varios sectores sociales en México están a la expectativa de cómo será la relación diplomática entre la administración de este país y la del entrante presidente de Estados Unidos Donald Trump.

Aunque las relaciones entre López Obrador y Joe Biden fueron formales y ayudaron a fortalecer los lazos comerciales entre ambos países, surgían de vez en cuando ciertas diferencias en temas burocráticos. Pero a pesar de eso estos dos presidentes mostraron posturas bastantes flexibles en materia migratoria.

Ahora, la otra cara de la moneda muestra a un Donald Trump implacable y radicalmente conservador en temas de política internacional, economía y migración. Y es que las relaciones entre ambos mandatarios parecen contradictorias en muchos sentidos.

Por un lado, Trump señala que México “acordó detener los cruces irregulares «cerrando la frontera sur», lo que claramente va en consecuencia con la línea política del republicano.

Sin embargo, Sheinbaum ha dicho todo lo contrario. Ella ha mencionado que su país ya está haciendo todo lo que está a su alcance para recudir lo mayor posible la inmigración irregular desde su territorio y ha sido enfática en que no cerrará la frontera con Estados Unidos puesto que ya está poniendo en marcha un presupuesto significativo para frenar esta problemática y que no sucumbirá a los intereses del país del norte si eso significa perder parte de su autonomía.

La líder mexicana agregó además que parte de los esfuerzos que está realizando México para detener la migración masiva se centra en atender las caravanas de migrantes procedentes desde Centro América con la pretensión de cruzar hacia los Estados Unidos.

Trump por su parte ha generado controversia cuando en público ha dicho que si México no intensifica sus esfuerzos por frenar la migración impondrá aranceles a los bienes importados desde ese país, lo que ha generado un malestar entre la población y aumentado la incertidumbre en materia económica.

Del resultado de la conversación entre ambos mandatarios, Trump señaló que Sheinbaum «aceptó detener la migración a través de México y hacia Estados Unidos, cerrando así de manera efectiva nuestra frontera sur”.

Estas palabras parecen contradecir lo que ella mismo dio a conocer en una rueda de prensa reciente acerca de cómo se van a implementar estas políticas migratorias el próximo año.

Y es que dado el panorama político que atraviesa el mundo en estos momentos, Estados Unidos cada vez se queda con menos cartas para negociar sus políticas exteriores.

Recordemos que China ha estado invirtiendo grandes cantidades de dinero en América Latina y su economía no ha parado de crecer en los últimos años, cosa que no se puede decir de Estados Unidos.

La hegemonía del Tío Sam ha empezado a cambiar en la región y las alianzas económicas que hace unos 15 años resultaban favorecer siempre a este país están empezando a tambalear teniendo en cuenta a las surgentes economías emergentes. ¿Estamos acaso ante un inminente cambio en la balanza del poder mundial?

“También hablamos sobre lo que se puede hacer para detener el flujo masivo de drogas a los Estados Unidos y también el consumo de estas drogas en los Estados Unidos. ¡Fue una conversación muy productiva!», terminó de aclarar Trump.

Sheinbaum por su parte indicó que “reiteramos que la posición de México no es cerrar fronteras, sino construir puentes entre gobiernos y entre pueblos”.

Dado que la relación entre ambos países comenzó de esta manera y que la falta de coordinación, al menos en la comunicación, podrían llegar a afectar las relaciones entre ambos países a largo plazo, los planes de Donald Trump de deportar a la mayor cantidad de migrantes posible podrías verse afectados.

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